El pasado 30 de
noviembre Javier Marías publicó un artículo, "Mira lo que hago",
donde refleja su opinión sobre la publicidad. A partir de una fotografía
de Guillermo Altares en la que una muchedumbre le realiza fotos a la Gioconda
sin pararse a contemplarla, el autor reflexiona sobre determinados
comportamientos contemporáneos que le inspiran rechazo. Considera que de esta
manera es imposible disfrutar de él, pues la gente está más pendiente de los
móviles que del propio cuadro.
Si bien, lo que más nos interesa es la
afirmación que hace el autor unas líneas más abajo: "una de las causas de
la “imbecilización” del mundo es la publicidad". Desde su punto de vista,
la publicidad es algo a lo que llevamos sometidos mucho tiempo, y nos hace que
queramos parecernos a aquellos que salen en los anuncios televisivos.
Un ejemplo de esto es que eslóganes como
"Yo estuve allí" y "Este es un acontecimiento histórico e
irrepetible" son los culpables de la obsesión por inmortalizarse en
determinados escenarios.
Sin embargo, no podemos darle la razón
porque su artículo carece de fundamento, generaliza demasiado. No por el hecho
de hacer una foto a un cuadro lo estás observando menos o aprecias menos su
arte. El error del escritor ha sido dejarse llevar por su opinión y no fijarse
más allá, pues no todas las personas son iguales y no debería juzgar a todo el
mundo de la misma manera. Cuando escribimos un artículo de opinión debemos
asegurarnos contrastar nuestras afirmaciones para no caer generalizaciones
abusivas, como en este caso.